Bajo el jacaranda...

Esos hermosos sueños de ojos abiertos, y sus paisajes deslumbrantes caben en mi mente cuando miro aquel cielo poblado de vida.

Una fragil mariposa revolotea sobre mi cabeza, para luego detenerse gracil unos pasos mas alla.

Entre la hierba fresca y humeda, mueve ritmicamente sus alas, sintoma latente de aquella eterea vida que poco a poco se ira extinguiendo.

Asi es la belleza de algunas cosas.

Entre juegos y piruetas caminamos sobre una cuerda tensa, afirmados en los propios pensares, mas otros adquiridos y prestados.

Fragilidad humana. Paradoja fulminante, seres tan delicados, obsesionados con la inmortalidad.

Las luces pronto se apagan y vienen las sombras que se ufanan y se proyectan siniestras, son conocidas, solo hay que acostumbrar las pupilas, solo respirar pausado, tan solo mirar mas alla del horizonte negro y denso.

Esas sombras solo se comparan al color de tus cabellos, siendo estos infinitamente mas calidos y hermosos.

Largas sombras, siluetas proyectadas, calices de profundo infinito.

El aroma de la noche se hace dulce, y ese dulzor se pega a mi piel y de mi piel pronto pasa a mi alma, que se adormece suavemente mientras mis pies recorren tu reino, y mis manos tu fertil tierra.

De pronto esa tierra se ilumina, pero no de luz artificial. De pronto tu reino se hace flama eterna y toda tu figura resplandece bajo mi insistente mirada, bajo mis continuas caricias y mis enloquecidos fragores.

El dia y su frenesi vuelven a cobrar vida.

El color vuelve a las pupilas, y el reino mantiene aqui su fulgor mas intenso.

Bajo la sombra del jacaranda mi corazon no te olvida.

Bajo la sombra majestuosa del jacaranda, mi corazon te aguarda con impaciencia y fervor.