miércoles, abril 26, 2006

Hacia Caldera y Bahia Inglesa


El pequeño terminal esta hirviendo de gente que corre y va.
El bus espera con sus puertas abiertas, como invitandonos a una aventura que hay que vivir ludica y magicamente. En el interior los grados suben considerablemente. Se agradeceria un buen sistema de aire acondicionado. La gente aca vive a otro ritmo, mas pausado, bastante mas pausado en realidad, a los ojos de un santiaguino acostumbrado al ajetro y al febril ruido de la gran urbe. Aca se respira mas tranquilidad a esa hora, pasado mediodia, el comercio ya empieza a cerrar sus puertas, las que no se volveran a abrir hasta media tarde.
El bus pronto se llena. Sus puertas ya se cierran y partimos hacia la costa. Buscamos tranquilidad y relajo. Paz. Serenidad. Nuestro objetivo es claro.
Pronto el paisaje cambia con radicalidad. Los imponentes y serenos cerros aparecen como tragandose a la ciudad. La vegetacion pronto empieza a desaparecer, dejando al descubierto un mar de arena y maravillosas masas rocosas. La verdad me hace sentir un poco intimidado tanta vastedad.
En nuestros oidos la musica de los Pets suena acunando ese viaje soñado. Es el ritmo del camino, ya frenetico, ya pausado, romantico a ratos, a veces melancolico.
La hora pasa pronto, y ya se divisa el mar oceano. El aspero paisaje se disipa y da paso al puerto y su ajetreo.
Los pies en tierra. El calor ya se define menos intenso, la brisa del mar oceano refresca el rostro y proporciona un delicado velo de salinidad en nuestros cuerpos.
Caldera es puerto. Sus calles suenan tranquilas y alejadas del bullicio. No es epoca de grandes conglomerados humanos. Las avenidas amplias y limpias lucen vacias. Sus casas son pulcras y bien tenidas. Me gusta lo que veo. Caminamos de la mano sin grandes prisas. Nuestro instinto nos guia. La plaza principal esta coronada por una hermosa iglesia. Viramos rumbo al mar. Unas cuantas cuadras y alli esta..., imponente esperando como siempre, profundamente majestuoso y calmo. Agitado en las profundidades, apacible en la superficie.
Todo luce como en un cuento de hadas. La hora nos dice que hay que llenar el estomago, y buscamos el adecuado lugar. Encotramos un pequeño pero acogedor restaurant frente al mar oceano. La atencion es lo primero que nos atrae. Un garzon educado y esmerado nos atiende con solicita prontitud. Elegimos nuestra merienda, y en honor al lugar, un miembro de la fauna oceanica pronto empieza a ser preparado para nuestro deleite.
El garzon desparrama sobre la mesa un delicioso pan, pebre y mayonesa al ajo. Delicioso y apto para la necesaria espera. Pronto llegan otros comensales, y el lugar se va llenando poco a poco.
Nuestra conversacion es intima. Nuestos ojos se encuentran a cada momento, y se dicen miles y miles de cosas. Hasta que las palabras ya no son aptas ni necesarias. El sentimiento habla por si.
Tras unos minutos, el preciado manjar del mar oceano esta frente a nosotros, dispuesto a ser devorado y saboreado in situ.
La presentacion es tan esmerada, que amerito una foto para la posteridad.
Cuando visiten Caldera, no pueden dejar de ir a ese hermoso restaurant, " Amigos", en calle Wheelwrigth 553, frente al mar oceano. Su nombre lo dice todo...
Dejamos atras nuestros asientos mas que conformes y satisfechos.
Acudimos al mar oceano y nos presentamos ante el. Nos saluda con sucesivas oleadas y el canto punzante de las gaviotas que sobrevuelan nuestras cabezas.
Tras un descando, partimos a nuestro segundo destino, Bahia Inglesa. Hasta alli llegamos tras un rapido recorrido de ocho minutos en un comodo taxi. El dia ahora luce esplendoroso. La playa esta aun mas hermosa y el sol luce su aureola dorada como pavoneandose de lo que es capaz de hacer para deslumbrarnos.
Bajamos a la arena suave y blanca. El agua esta tibia e invita a sumergirse en ella.
Todo es perfecto, inimaginablemente hermoso, como mi flor del desierto..
Buscamos un rincon y nos sentamos a disfrutar de tanta hermosura. Los minutos pasan y todo es como en un sueño dorado. Es un preludio. Una sinfonica marea de belleza y serenidad.
Habiamos planeado alli un ritual. Y alli lo llevamos a cabo. El mar golpeo en nuestras venas y libro nuestros corazones...
Esas olas se llevaron consigo ese pasado que a veces atormenta y oprime. De ahora en adelante, somos tu y yo. Y nuestras vidas buscan un futuro digno de nuestro amor y entrega...
La tarde cae, y el sol se derrite sobre el profundo mar oceano, tras los cristales del bus que nos devuelve a la civilizacion, las lagrimas corren por mis mejillas. Hay otros horizontes aun presentes y un par de estrellas se encienden en el cielo ahora ya obscuro, y brillan en el fondo de mi corazon..

2 Comments:

Blogger Benarster said...

Una vez le dije a alguien: ¿que es la felicidad?
Es solo recordar lo mas hermosos momentos de tu vida.
Atesorarlos en lo mas profundo de ti para que cuando la tempestad arrecie en tu corazon, encuentres en ellos la luz que te guiara a buen puerto...

Solo has descubierto una parte de este hermoso paraiso y queda mucho por conocer.

9:56 a. m.  
Blogger Margarita said...

Si amorcito, fuè realmente hermoso pasear de esa forma, siempre lo soñè y pudimos por fin hacerlo realidad. Te prometo que volveremos a recorrer esa pequeña ciudad, esas calles, volveremos a comer a ese Restoran y disfrutaremos una vez màs de la brisa marina, de las pàlidas arenas y la cálida mar turquesa...

5:27 p. m.  

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