Brindis

El dia llegaba a su fin. Abri esa puerta como tantas veces antes, como miles de veces he entrado, pero la de ayer era una vez distinta.

En casa todo era ajetreo, todo apuro y profusion. Las luces del arbol animaban la escena y proyectaban sus artificiales colores en rededor. Un suave olor a comida se respiraba en el aire, junto a otros aromas, pero el que yo buscaba no estaba.

Una ducha fresca reanimo mi cuerpo. La mesa poco a poco se dispuso, se adorno y se lleno de delicados sabores. Algunas palabras rompieron la armonia de esa velada cuasi perfecta, la ultima.

Nos sentamos a la mesa. De fondo una musica delicada y suave animaba nuestra cena.

Pronto terminamos, cada uno se levanto y partio a rumbos diferentes.

Antes de medianoche, en una calida noche de verano, salieron los tres en busca de alivio para los que nada tienen, o en realidad tienen mas que todos nosotros...?.

En las calles semivacias y en penumbras hayaron a cinco hombres y una mujer. Compartieron con ellos algunos instantes, es dieron algo para el estomago y el alma.

En casa yo preparaba el escenario para el acto final de aquella representacion navideña.

Apague todas las luces excepto las del arbol, y puse un candelabro encendido en la habitacion de los niños, sobre sus camas los regalos, al lado de un montoncito de dulces y galletas.

Luego me recoste en mi cama y cerre los ojos. Los minutos pasaron. Es medianoche. Un llamado urgente me hace levantarme de la cama. Tenia que oir su voz...

Vuelvo a mi cama y me recuesto. La obscuridad es solo distraida por las fantasmagoricas luces del arbol y la solemne llama del candelabro.

Afuera ya todo es bullicio y algarabia, voces conocidas me hacen saber que ya vienen. La puerta se abre y un tropel de piececitos entra corriendo hacia su habitacion. Las luces se encienden y las caras se iluminan al ver los anhelados regalos alli en sus camas.

Todo fue distinto. Surreal. Melancolico. El brillo se lo llevo el tiempo. Y solo quedo el resplandor de esa llama y un monton de papeles multicolores desparramados por el suelo.

No hubieron brindis anoche.

El arbol se apago, la casa quedo nuevamente a obscuras, y el deseo de un nuevo despertar fue lo unico que ilumino mi mente.

Hoy la casa luce igual. El vacio de sus espacios es agobiante, de sus paredes solo el eco del ayer me hacen ver la vida que hubo alli.

Hoy es navidad, y sentado solo en aquela inmensidad, bajo el sol abrazador quisiera brindar.

La representacion ya termino, no hubieron despedidas, ninguna consideracion...

Salud!!, gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz y buena voluntad para con los hombres...