El viento del Oeste soplaba con esa caracteristica suavidad de los dias primaverales.
El prado era mas atractivo a esta hora, el mediodia regalaba a la vista el dorado del sol en su plenitud.
Recorria mi camino afirmado en mi fiel cayado, el dia y su claridad dejaban que mi lampara descansara, apoyada en mi muslo. A mi lado y jugueteando de vez en cuando con alguna ardilla coliroja, mi gatita y compañera inseparable, Milu, venia de vez en cuando y se retorcia en mis piernas, pidiendo un poco de cariño y atencion. La tomaba entre mis manos y la abrazaba con dulzura, ella respondia con esos suaves ronroneos, y se retorcia de gusto y placer.
En lo alto del limpido cielo, una bandada de ocas gritaba y nos guiaba por el sendero correcto.
Pronto empezaron a cruzarse mas y mas habitantes de la pradera, Horacio, el lobo gris, Iris, una urraca negra y parlanchina, Nibaldo, el zorro mas astuto de toda la comarca, Duque, ese perro bribon y correlon, que gustaba de morder los muslos a cuanta oveja se aparecia por sus dominios..., todos teniamos algo en comun, nuestra reunion y gran celebracion.
Del este aparecio una gran sombra recortada en el cielo, era el aguila real, Deimos, quien se poso con majestuosidad a nuestro lado y nos acompaño en amena charla.
-Como estas Kfir, me alegro verte, exclamo.
-Yo igual Deimos, es bueno verte por aqui.
-Por que andas vestido asi, que es de tu traje de plumas?, no crees que mas de alguien se extrañara al verte con ropajes humanos?
-Puede ser, pero hoy Milu anda demasiado juguetona, y cuando esta asi, le da por sacarme las plumas una por una, y comprenderas Deimos, no me puedo dar ese gusto, ademas, me cuesta llevarla entre las garras cuando vuelo. Y este ropaje de Hermitaño no me sienta tan mal, no crees amigo?.
-Mmmm, pues si, aunque no lo cambio por esa apariencia intimidante y sapientosa que tienes cuando luces tus atuendos de Buho, Kfir!!.
Milu ahora corria detras de las ocas que se habian cansado de volar, y tomaban un respiro en la laguna de los espejos. Un desparramo de plumas y los gritos desesperados de Amelia y Jacinta, las ocas mas jovenes y preciosas de la bandada.
Pronto el paisaje se tiño de rojo, el sol baño las montañas y el destino de esa marea animal se acerco. Alli estaban todos, leones, tigres, tortugas, serpientes, gansos, ardillas, ocas y faisanes, y toda la fauna aglomerada en esta magnifica reunion.
Kfir saco desde su cintura su lampara y la encendio.
Su luz alcanzo a todos alrededor, un silencio ceremonial se apodero de la masa aullante y silvante.
Milu se recosto a su lado y vio como su compañero levantaba su cayado y proferia frases al cielo, invocando a los elementales del cielo, el agua, el fuego y la tierra.
El viento ceso, en la boveda celeste los astros iluminaron la pradera, dejando ver los rostros y ojos de miles de seres alli convocados.
Deimos abrio sus majestuosas alas y emprendio un vuelo circular, como estableciendo el limite de aquella fantastica reunion. Se poso luego al lado de su camarada Kfir, ambos se saludaron con una venia, y la celebracion empezo...
Libaron y comieron con alegria, compartieron en fraternidad y paz. No faltaron los juegos ni las risas. Las historias de los mas ancianos fueron delicia de los jovenes animales del bosque, que asi aprendian y recibian un conocimiento ancestral y magico.
En los ojos de Milu se reflejaba el calor y la luz que emanaba de la lampara de Kfir, ambos tenian una de las conexiones mas bellas y magicas jamas vistas.
-Deimos amigo, que piensas hacer mañana?.
-Aun no lo se Kfir, creo que ire rumbo al sur. Y tu?
-Yo partire con mi inseparable Milu hacia tierras mas calidas, el norte es un buen lugar para mi.
-Pues te deseo lo mejor viejo amigo.
-Gracias, Deimos, yo tambien a ti...
Sus ojos brillaron. Kfir miro a su alrededor y se sintio satisfecho una vez mas. La proxima seria en otro horizonte, en otro cielo, y con otros inimaginables amigos. Sabia eso si, que Milu estaria alli, como siempre, maullando y corriendo de un lado a otro.
Mañana se sacaria ese traje de hermitaño, y luciria nuevamente sus plumas azules y brillantes, y con mucho cuidado y delicadeza, emprenderia el vuelo, llevando abrazada a su amada Milu...
